Hemos tratado  anteriormente, cual es la forma de trasmitir amor a nuestros hijos, y por qué ellos necesitan amor…, un recién nacido no puede comprender órdenes lo único que necesita es cariño, alimentos y mucho amor. Dios nos ha prestado a nuestros hijos para amarles, mostrarle el camino al Padre celestial, educarlos, formarlos en principios morales sólidos y absolutos, para que sean bendición para sus propias vidas, para la Iglesia y el mundo que les rodea.

Mencionamos las cuatro áreas generales en las cuales podemos trasmitir amor a un niño:

  1. La mirada directa
  2. El contacto físico
  3. La atención concentrada
  4. La disciplina amorosa

En esta oportunidad nos referiremos a la disciplina, que ya la definimos en la revista anterior. ¿Es bueno el castigo corporal? ¿En qué condiciones hay que administrarlo? ¿De qué forma hay que hacerlo? Vamos a considerar algo muy importante antes y es lo siguiente:

Aprendamos también a perdonar:

La ocasión en que resulta más destructivo castigar a un niño por portarse mal, es cuando este se siente auténticamente apenado por lo que ha hecho. La palabra clave aquí, es “auténticamente”. Aquí el “castigo corporal” sería un error. El daño incidiría en dos problemas:

  1. Si el niño está apenado por su acción indebida, su conciencia está viva y bien. Eso es lo que uno quiere lograr, que aprenda de su error. El castigo corporal quita el sentimiento de culpa y remordimiento, y también la posibilidad que un niño olvide la inquietud que producen estos sentimientos y repita el comportamiento inadecuado
  2. Puede provocar sentimientos de ira. Cuando está arrepentido su conciencia está hablando severamente con él. Quedará más herido; sentirá entonces que es una persona mala, y que sus padres también lo creen así. Los resultados de la ira son, Resentimiento y Amargura que llevará consigo indefinidamente.

El Salmo 103:13 nos habla:

“Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen”

Efesios 6:4

“Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación en el Señor”

 

LA DISCIPLINA:     Peticiones, ordenes, recompensas y castigo

La disciplina es enseñar, no castigar. El niño encuentra seguridad en un ambiente disciplinado, donde hay límites amables y regla. En el terreno de la educación de los niños, la disciplina es la preparación de la mente y el carácter de un hijo con objeto de capacitarle para que llegue a ser un miembro de la sociedad constructivo y con dominio propio

 

Por favor, cuando tu niño se porta mal,  detente antes, y pregúntate si éste necesita mirada directa, contacto físico, atención concentrada, descanso, agua, o satisfacer primero su necesidad. Y cuando esté apenado, compungido y arrepentido por su mal comportamiento, por favor, perdónale y hazle saber que ha sido perdonado.

Peticiones:

El comportamiento adecuado de un niño, se demanda Primeramente “Petición”, es la manera más positiva de lograr una conducta. Inculcar un sentido de responsabilidad personal en el  niño. Cuando los padres piden el buen comportamiento, un hijo sabe que estos comprenden que él es capaz de pensar y hacer sus propias decisiones, que tienen control sobre su conducta, es decir, con esto lo hacen madurar, haciéndose responsable de su comportamiento.

Cuando se usan en mayor grado peticiones y no ordenes, un niño considerará a sus padres como aliados para ayudar a moldear su propio comportamiento. Ejemplo: “Comportamiento desordenado en la Escuela Dominical”. Se tiene que conversar en los siguientes términos: “Quiero que prestes atención a la maestra, participa y aprende todo lo que puedas. ¿Lo harás David?

Instrucción directa: Ordenes

Las peticiones no siempre son suficientes. A veces los padres deben ser más enérgicos y dar instrucciones directas (órdenes). Esto sucede cuando se hace una petición a un niño y éste no la cumple. ¡Tiene que ser adecuada a su comprensión, hay que analizarla! Un ejemplo de mala petición es que un niño de cuatro años recoja sólo sus cosas; si hay más de tres objetos que guardar, “esta petición es irrazonable”. Se debe trabajar con el niño

Recompensas

Es sencillamente reforzar los rasgos positivos del niño. Ellos son más receptivos al «hacer» lo que se les ordena cuando reciben refuerzos positivos. Palabras directas como el «no» o «para» le comunican a  un niño que es inaceptable su actuación, pero no le explica qué comportamiento es el apropiado.

En general, es mejor decir a un niño lo que debe hacer «Habla un poquito más bajo» antes de lo que no debe hacer «No grites». Los padres autoritarios tienden a dar más órdenes y a decir «no», mientras los demás suelen cambiar las órdenes por las frases claras que comienzan con el verbo «hacer»

¿Cuándo castigar?

Cuando hay una Actitud desafiante, si después de cualquier acercamiento verbal, se niega a obedecer, a esto se le puede llamar actitud desafiante, y consiste en resistir y retar abiertamente a la autoridad, en este caso el papá o la mamá. Aquí, el castigo es a menudo, algo indicado… ¿Cómo hacerlo?

El castigo adecuado:

Es muy difícil determinar cuál es el castigo apropiado, tiene que ser adaptado a la ofensa. Un niño es sensiblemente consciente de la justicia y la consistencia, y sabe cuándo sus padres han reaccionado excesivamente o han sido demasiado permisivos al comportamiento inadecuado de éste. Detecta esa inconsistencia en relación a él solo, o se compara con sus hermanos. Se debe ser firme con los hijos pero  sin cargar la disciplina injustamente a un hijo y al otro no; también se debe permanecer flexible en relación al castigo, porque los padres también cometen errores. Ejemplos: Retírese a su pieza, durante una hora / No puede ver televisión durante una semana

Ser consistente y firme no anula el cariño, y el mostrar afecto, no disminuye la firmeza. Considero que allí se encuentra el arte de disciplinar a nuestros hijos, mezclando la firmeza, pero sobre todo el amor.

¡CUIDADO!

¡Castigo corporal! Debemos tomar varias consideraciones, y debemos ser cuidadosos en varios aspectos. ¿Qué elemento debemos usar para el castigo corporal, cuando éste lo requiere?

Se han encuestado a muchos padres, algunos proponen una regla blanda y propinar tres golpes en las sentaderas del niño, porque allí hay más tejido adiposo, y no dañará ni dejará lesiones. Otros proponen una correa que debe estar colgada en un lugar especial de la casa, pero insisto, ésta debe ser blanda, estamos disciplinando y no descargando nuestra ira sobre ellos.

Debemos controlar la ira, nunca se debe castigar físicamente a un niño, cuando estamos con ira. Es necesario esperar, aunque sea al otro día, si es que el caso lo amerita, muchos padres me han contado su testimonio, días posteriores a la falta de su hijo, han conversado con él, y con mucho dolor, ambos se han dirigido a su habitación, y con amor el padre ha propinado los azotes en el lugar antes mencionado; luego de dejarles llorar unos instantes, el padre entra a la habitación, y esto es lo más saludable; le abraza, le consuela, seca sus lágrimas, y le dice nunca ha estado en mi corazón propinarte esos golpes, pero lo hago porque te amo

Vamos a resumir, algunos aspectos a considerar en el castigo físico, insisto, como última opción:

  1. El niño debe entender exactamente por qué se le está castigando
  2. Explíquele con precisión, lo que con su comportamiento ha hecho mal
  3. Tener cautela para no causar ninguna lesión física, recuerde, sin ira. Muchas veces, se hieren las manos, los deditos, las piernas, la cabeza, eso no puede ser.
  4. El castigo corporal es efectivo para corregir la rebeldía, pero el problema principal es que puede ser una manera en la que el padre o la madre descargan su frustración, su culpa, o ira. Eso NO PUEDE SER.
  5. Este castigo es más efectivo en niños pre-escolares. Pero debería usarse muy rara vez después delos 13 años. En niños mayores no puede ser, en niños mayores es más efectivo usar la pérdida de privilegios
  6. Dar aviso antes de castigar
  7. Establecer la responsabilidad del hijo por su desobediencia
  8. Evitar a toda costa, el bochorno para el niño, delante de otras personas, y evitar la intervención de terceros
  9. Estar a solas con el niño, especialmente si la falta cometida sucedió en público, no hay que avergonzarlo, eso sería cruel. Dios no es así con nosotros, cuando nos disciplina
  10. Comunicar el dolor que siente como padre ante la ofensa. Reflexionar antes, además da la oportunidad de calmarse. El principal objetivo del castigo, es llevar al hijo a un sincero arrepentimiento
  11. Asocia el amor con los azotes, explicándole que lo hacemos con dolor, no por ira
  12. Utiliza un objeto para azotar. El niño tiene la tendencia a asociar el dolor con el objeto que se utiliza para castigarlo. Si un padre utiliza su mano, el niño puede sentirse incomodo cuando esa misma mano lo acaricie. Como mencionamos anteriormente, una regla delgada y flexible; una sugerencia, colocarle nombre: se le puede llamar la Maestra.
  13. Disciplinar o azotar hasta que se haya quebrado la voluntad del niño. SIN IRA, NI DUREZA. Por Eso es que hay que dejar pasar unos momentos, o hasta un día; nunca hay que castigar con rabia, eso sería atacar a alguien inferior a uno
  14. Importante: Consolar al niño después de castigar. Cuando el niño está llorando, inmediatamente después del castigo, se le debería dejar a solas; sin embargo, sería mejor estar cerca de él, es decir, a la expectativa, hasta que cese el llanto. Cuando un niño ha dejado de llorar y está mirando alrededor su pregunta sigue siendo:

¿Me amas? ¿Me quieres todavía?

¡Oh¡ esto me quebranta, como madre me hace llorar…, aquí cayó  una lagrimita mía, snif; Con que santidad, debemos disciplinar a nuestros hijos. El Señor nos perdone, si hemos errado.

  1. Los padres, entonces deberían darle una mirada directa llena de amor, contacto físico, (un abrazo apretado), y atención concentrada en abundancia para tranquilizarle, mostrándole todavía que se le ama en verdad. El abrazo, el beso, confirma nuestro amor por el niño
  2. Conversar acerca de cualquier cosa que sea necesaria: Como pedir disculpas al vecino, si la falta le afectó a él. Y evaluar la corrección.

Papás…, recuerden que después del castigo físico, su hijo estará llorando, y luego mirará a su alrededor y se preguntará…, papá, mamá…¿Me amas todavía?


Con cariño, a los padres cristianos de verdad

Alicia

Tomado de mis apuntes personales