PARA MADRES DE ADOLESCENTES:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Escuché por ahí, que siempre ha sido difícil ayudar a un niño a navegar por esos años. Sin embargo, es hoy aún más difícil.

¿Motivos? Hoy estamos en la era del individualismo, todos en la calle incluyendo adultos “andan conectados”, viven su propio mundo, oyen sus propias canciones, en hogares bendecidos, cada uno tiene su propio computador; antes era la televisión la que separaba a los padres de los hijos, el trabajo, pero hoy ad portas de un siglo 21, nos enfrentamos con un gigante que la sociedad misma ha fabricado con el sólo fin de hacer más agradable la vida…, pero los resultados son devastadores.

 

¿Mamá cristiana, cómo está la comunicación con tus hijos? ¿Y cómo está la comunión con ellos y la familia en especial?

 

Considero que hoy es tiempo de tomar precauciones, la madre de hijos preescolares ya deben prepararse, ya que cada día aumenta la brecha generacional a través de los medios de comunicación

En mi Iglesia los niños de hace10 a5 años atrás, cantaban un coro muy hermoso; las mamás llorábamos de emoción, y la canción decía más o menos así:

“Mi mamá no sabe nada de computación,a ella no le gusta andar en avión, no quiere hacerse rica, mas bien se sacrifica, cuidando a sus hijos y a los demás Enfermería y Psicología ella nunca estudio, pero creo que es un don que el Señor le dio, porque ella siempre sabe si finjo o estoy grave, y amorosamente ella me cuidó. Mamita cree en mí, soy especial para ella, su angelito y su estrella,no tengo que ser inteligente ni famoso, ni tener casa con un auto bien lujoso, porque esas cosas no le importan a mamá Yo soy su hijo y siempre me amará”

 

¡Cómo me gustaría escuchar nuevamente esa canción, pero que increíble, yo también he cambiado, no en mi amor a mis hijas; pero me gusta viajar en avión, y que horror!! Me gusta la computación, pero en algo esta canción nunca fallará y es en el amor, que  jamás dejará de ser, no queremos nada para nosotras, todo lo queremos para nuestros hijos, la felicidad de ellos es la nuestra, los logros de ellos son nuestra conquista

 

Por lo tanto observando el panorama, a la mayoría de las mamás de nuestra Iglesia, sus hijos no pueden ya dedicar esa canción a sus madres; sobre todo en algunas palabras de estos breves párrafos de canción;  por una parte es bueno que la madre se acerque a su hijo, y pueda acortar esa distancia, sobre todo en la comunicación con sus hijos adolescentes.

Es una edad en que a nuestros hijos los atacan exigencias increíbles; se sienten presionados a experimentar con lo que el mundo les ofrece a través de los medios de comunicación, y sus propios pares. Lamentablemente estos medios bombardean a nuestros hijos con mensajes totalmente opuestos a los que les hemos enseñado en su vida cristiana; que decir, si la comunicación ya se ha roto… ¿a quién oirá más tu hijo/a? El otro problema que observamos a menudo es ser madre o padre confiados, ¡no! Arguyen ellos, Yo sé quien es mi hijo! ¡Yo sé lo que les he enseñado!

 

Si, lo sabemos, pero esto no es cosa de lo que hice en el pasado guiando a mi hijo, es cosa del presente, es del “siempre”, del cada instante, debemos ganar el tiempo antes de que esta sociedad humanista secular, o esta sociedad sin valores, promoviendo la desvergüenza y lo prohibido, se robe a nuestros hijos.

 

¿Qué los hace tan vulnerables?

 

¡Esa inseguridad! Sí, mamá, son inseguros, y esta condición les hace parecer hostiles; y a la vez, están luchando desesperadamente por su independencia; ¿ha oído esta expresión? ¡Mamá déjame ser!!

Que decir de sus expresiones: son súper, súper  bacanes, ¡se mueren tres veces! En tanto, la mamá ya se ha quejado que su hijito adorado ya la ha herido, porque saben apuntar donde más duele, van directo al corazón con sus palabras; mientras la madre se está quejando, vemos instantáneamente al mismo niño en un rincón de su habitación sufriendo y llorando ¿cómo pude haberle dicho esto a mi mamá?

Por esta razón, se necesitan madres perdonadoras y comprensivas, que conozcan la realidad de esta edad, que lamentablemente, se olvida pronto… ¿Mamá, te recuerdas cuando tenías 15?

 

Y la letra de la canción:

 

Al pasar esa edad, en que nada es verdad, pequeñas cosas resultan penas, los 15 años no volverán Tú también sentirás lo que antes yo sentí, no te preocupes porque a los 20, tus lagrimas risas serán Con el tiempo comprendo, que hermoso que es vivir aquellos días de los15 a los 20

 

Lamento no disponer de una canción más moderna, pero es la única que conozco que hable de los 15 años, pero es muy hermosa y ha cruzado ya varias generaciones

 

¡Esa edad del pavo!

 

Si, la del “pavo real” que estaría indicando el delicado proceso por el cual están pasando, esa inclinación a fanfarronear, a ser prepotentes; esa, es la más firme expresión de su “inseguridad” su batalla es terrible.

Si nos pusiéramos en su lugar, verles realizar movimientos torpes, ¿ha observado cómo se les caen las cosas de las manos? O, ¿cómo tropiezan con tanta facilidad? No se ha preguntado el porqué? Bueno la respuesta es tan sencilla, ese cuerpecito que conocemos tan bien las madres, ha comenzado a experimentar cambios, sus huesos largos han crecido, manos, pies, su voz comienza a cambiar, y los gallitos comienzan a sonar. Las niñas comienzan a tomar su forma femenina, que muchas veces la avergüenzan, en fin, son cosas fisiológicas que los padres debemos saber reconocer

 

Cuando el niño llega a la adolescencia, comienza a lanzarse contra los límites de la autoridad, para buscar con urgencia su propia identidad, sus propias experiencias nuevas. En muchos casos se adopta la forma de rebelión, por ejemplo: cosas menores, como peinarse diferente, o vestir de una forma que no agrade a sus padres. Los hijos se quieren quitar de encima las tutelas de la infancia, y van en busca de un mundo propio que necesita reconocer como suyo; las palabras de los padres son rechazadas y éstos son destituidos de su lugar de autoridad para ser juzgados, o despreciados, de manera que éstos también sienten tristeza preocupación y desconfianza hacia sus hijos. Se puede llegar a un punto de quiebre, que es imposible luego restablecer

 

¡Cuidado! Es el momento de mantener una actitud firme pero siempre amorosa, y así tarde que temprano ellos volverán a una manera de pensar más madura. Es el momento donde pueden ocurrir cosas graves, si los padres no se unen a orar por sus hijos, a hacerles sentir que son amados, a pesar del momento difícil que están viviendo; si les abandonamos a sus propios pensamientos sin tomar en cuenta nuestra autoridad amorosa, pueden tomar derroteros equivocados en todos los ámbitos, la sexualidad por ejemplo, se acuerdan del dicho “Dime con quien andas y te diré quien eres”

Con quién se junta mi hijo? Con quién sale? Es mi responsabilidad como madre saberlo, es mi responsabilidad, no perder nunca la comunicación, el afecto; pues si no lo encuentran en casa, lo saldrán a buscar afuera

 

Madres cristianas, si su hijo adolescente se rebela contra su autoridad (a pesar de nuestro esfuerzo por formarlo adecuadamente), debemos mantener nuestra salud espiritual y mental mientras estemos lidiando con él, por tal razón es conveniente recordar algunas cosas:

 

  1. La culpa no es suya
  2. Usted como padre o madre, puede cambiar las cosas (Todo lo puedo en Cristo que me fortalece)

 

Unidos y a las plantas del Señor nuestro Dios, podemos salir vencedores en esta etapa de la vida de nuestros hijos; sólo Dios puede tornar y cambiar los corazones y redarguir nuestras conciencias con su poderosa palabra

 

En Dios tenemos la victoria asegurada, y entregaremos al Señor, a la Iglesia y a la sociedad, un hombre o una mujer con sólidos principios y por sobre todas las cosas, con una identidad propia, que es la de ser y de saber que “es un hijo o hija de Dios, preparado para el Reino de los cielos, y ser un servidor íntegro en este tiempo

Con cariño

Alicia